Capítulo 19. Los huracanes de Centroamérica
TEGUCIGALPA, Honduras — Cinco años después del doble golpe de Eta e Iota y casi tres décadas tras Mitch, Centroamérica sigue definiendo su presente a partir de tres nombres propios. Los ciclones de 1998 y 2020 no solo arrasaron viviendas y carreteras; expusieron una geografía vulnerable, una ocupación del territorio marcada por la pobreza y la urgencia de sistemas de alerta y reconstrucción más resilientes.
Puntos importantes
La historia reciente ofrece un patrón incómodo: lluvias extremas sobre suelos ya saturados, deslizamientos en laderas degradadas y ríos que desbordan infraestructuras pensadas para un clima que ya no es el mismo. Los datos, fríos, sostienen lo que los vecinos intuyen desde hace años: cada temporada exige más preparación que la anterior.
2020: dos huracanes mayores en una misma costa, a días de distancia
En la hiperactiva temporada de 2020, Eta se formó el 31 de octubre y alcanzó Categoría 4 el 2 de noviembre (≈ 150 mph / 240 km/h). Tocó tierra el 3 de noviembre cerca de Puerto Cabezas (Bilwi), Nicaragua. Tras debilitarse, descargó lluvias torrenciales en Honduras, Guatemala y El Salvador. Días después, reemergió y volvió a tocar tierra, esta vez en Florida como tormenta tropical.
El balance dejó al menos 200 fallecidos —muchos por deslizamientos en Alta Verapaz (Guatemala)—, más de 3,5 millones de personas afectadas en Centroamérica y pérdidas que superaron los US$ 2.000 millones.
Apenas 10 días más tarde nació Iota. El 16 de noviembre alcanzó Categoría 5 (≈ 160 mph / 260 km/h), el huracán de Cat. 5 más tardío registrado en el Atlántico, e impactó Nicaragua a unos 15 km del punto donde Eta había tocado tierra una semana antes. Se disipó el 18 de noviembre sobre El Salvador.
Iota dejó al menos 70 fallecidos, más de 500.000 evacuados y daños por > US$ 1.300 millones. El terreno ya saturado por Eta multiplicó inundaciones y deslizamientos, un efecto dominó habitual cuando los eventos extremos se encadenan.
La lectura estructural: 2020 ocurrió bajo un episodio de La Niña, patrón que favorece ciclones en el Caribe. La Organización Meteorológica Mundial retiró el nombre “Iota” en 2021 por su impacto. Fue también el año con 30 ciclones nombrados, la temporada más activa documentada.
1998: Mitch, el parteaguas
El 22 de octubre de 1998, Mitch se organizó en el Caribe, escaló a Categoría 5 con vientos de ~180 mph (290 km/h) y 905 hPa de presión mínima. Entre el 29 de octubre y el 3 de noviembre quedó prácticamente estacionario sobre Centroamérica. El resultado fue un episodio de lluvias extraordinarias que cambió el mapa social del istmo.
- Honduras: ~7.000 fallecidos y ~2.700 desaparecidos; 1,5 millones de personas sin hogar (~20 % de la población). Más del 70–80 % de puentes y sistemas sanitarios/eléctricos seriamente dañados; pérdidas agrícolas cercanas al 70 % (maíz, sorgo, café, plátano). Brotes de cólera (≈ 2.328 casos), leptospirosis y dengue.
- Nicaragua: ≥ 3.800 fallecidos; unos 2.000 por un lahar del volcán Casita que arrasó aldeas como Posoltega; 500.000–800.000 desplazados; ~70 % de carreteras inutilizadas y 71 puentes colapsados.
- Guatemala: ≈ 268 muertes; > 100.000 evacuados; 27 puentes destruidos y ~640 km de autopistas afectadas.
El costo regional se estimó entre US$ 6.000 y 10.000 millones. Honduras registró una caída del PIB de ~1,9 % en 1999; análisis posteriores hablan de contracciones locales de 2,6–3,9 % y un rebote recién al segundo año (2,5–3,6 %). Con 11.374 muertes confirmadas, Mitch es el segundo huracán más mortífero del Atlántico desde 1780.
Lo que cambió: tras Mitch llegaron redes satelitales de alerta temprana, protocolos regionales, y el fortalecimiento de bomberos, Cruz Roja y comisiones de emergencia. En las finanzas públicas, surgieron instrumentos como los bonos catastróficos. En lo social, estudios subrayaron impactos de género diferenciados y el liderazgo de mujeres en la reconstrucción. Mucho se avanzó; no lo suficiente.
Nicaragua, entre lagos y volcanes
Independencia y Estado. Proclamó su independencia el 15 de septiembre de 1821 junto al resto de Centroamérica y, en 1838, se separó de la Federación Centroamericana para consolidarse como república. El término “Nicaragua” se asocia al cacique Nicarao y al lago Cocibolca (Lago de Nicaragua), a menudo interpretado como “tierra rodeada de agua”.
Granada (1524) es una de las ciudades coloniales más antiguas del continente aún habitadas. La bandera azul–blanco–azul alude a los océanos que flanquean Centroamérica y a la paz; el escudo luce triángulo, gorro frigio, sol, montañas y arcoíris. Con más de 25 volcanes activos e inactivos —Masaya, Mombacho, Momotombo—, el vulcanismo es parte de su paisaje, turismo e identidad.
Honduras, memoria y futuro
Estado y capital. Independiente desde 1821, tras un breve paso por el Imperio de Iturbide y la Federación Centroamericana, se consolidó como nación en 1838. Comayagua fue capital colonial; desde 1880, la capital es Tegucigalpa.
Nombre y bandera. El nombre se atribuye a la exclamación de Cristóbal Colón sobre las “honduras” de sus aguas. La bandera azul–blanco–azul y cinco estrellas simbolizan Pacífico, Atlántico, paz y el ideal de unidad centroamericana.
Biodiversidad. Roatán, parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano —el segundo mayor del mundo—, es un laboratorio natural para un ecoturismo que, bien gestionado, puede ser motor de desarrollo.
Lo que exigen Eta, Iota y Mitch hoy
Las tres tormentas —separadas por 22 años y unidas por una misma geografía— dejan una agenda clara:
- Planificación del territorio. Limitar asentamientos en laderas inestables y zonas de inundación; mapas de riesgo operativos y vinculantes.
- Infraestructura resiliente. Puentes, diques y drenajes con estándares para lluvias del siglo XXI.
- Alerta y educación. Sistemas tempranos que lleguen a la última comunidad y programas escolares de protección civil.
- Finanzas para el riesgo. Fondos de contingencia y coberturas paramétricas que aceleren la respuesta.
- Equidad. Diseñar la recuperación con enfoque de género y protección social; los desastres no golpean a todos por igual.
La región ha aprendido, a veces a un costo insoportable. Pero la pregunta que regresa con cada temporada es si el aprendizaje se traduce a tiempo en calles elevadas, viviendas seguras y planes comunitarios que funcionen cuando vuelva a llover demasiado. Porque volverá.
En este capítulo encontrarás:
02:00 Huracán Eta
04:30 Huracán Iota
07:00 El alfabeto griego
10:30 La fundación de Nicaragua
13:00 Huracán Mitch
15:30 La gran migración centroamericana
17:30 El relieve en centroamérica
19:00 Descubriendo Honduras
22:00 Los huracanes en Panamá
23:30 El cementerio de huracanes
Recuerda que puedes recuperar toda nuestra serie aquí